jueves, 10 de julio de 2014

... de nuevo.

Debido a múltiples problemas y crisis de pareja, mi vida spanko había estado en una pausa forzada, confieso que mis energías estaban completamente dirigidas a salvar mi relación de una caída fuerte y quizá de consecuencias terribles y situaciones irrecuperables. Afortunadamente la cordura aún ronda por este lugar y, después de extensa charlas, muchísimas lágrimas, acuerdos, propuestas y disposición; mi esposo/spanker y yo caímos en cuenta del gran amor que sentimos el uno por el otro, de la necesidad que tenemos por seguir compartiendo sueños, planes, objetivos, ¡futuro!... y así libramos esta cruenta batalla contra los chismes y la gente que solo actúa para causar daño. Punto para nosotros ;)

... la vida spanko ha vuelto también, si mi alma está tranquila de nuevo y mi respiración ya recobró el ritmo habitual, ¿por qué no habrían de hacerlo también las noches de nalgas rojas?... ¡qué felicidad!

Ustedes saben que mi relación no es de disciplina doméstica, lo que tenemos mi esposo/spanker y yo es meramente sexual... la disciplina es solo el pretexto para provocar la situación, pero ambos sabemos que, inevitablemente, después de unas nalgadas vendrá siempre una sesión de sexo delicioso y húmedo... oh sí. Por supuesto que esto funciona así para nosotros, habrá quien lo maneje de distinta forma y es igual de respetable... porque esto, damas y caballeros, es tan versátil como cada uno lo desee.

Debo confesar que la semana pasada recibí un par de tundas, nada muy fuerte, apenas lo suficiente como para que las nalgas me quedaran rojas, hubiera algunas caricias y después dormir plácidamente... pero no fueron las mejores que he recibido, no solo por la baja intensidad... sino por el momento difícil que pasábamos... siempre he creído que esto se debe disfrutar de principio a fin, sufrirse jamás... y yo no podía dejar mi drama de lado... así que aguantaba con los ojos cerrados para contener las lágrimas... pero no por la razón que me habría gustado que fuera... en fin, nunca más quiero volver a pasar por algo similar... lo intenté un par de veces pero, tanto él como yo, nos dimos cuenta de la falsedad del juego.

Por cierto, amig@s spankos, aunque el plan haya sido hecho con anticipación, aunque el cuerpo diga una cosa... si el alma, el ánimo o la situación indican que NO es momento para unas nalgadas, podemos negarnos a ello... la otra persona entenderá... 

Yo Spankee