miércoles, 9 de abril de 2014

Dulce despertar...

Supongo que no es normal tener ganas de apapachar de más la cama, un día al año no hace daño... al menos es lo que reza el dicho. Algunas veces, las spankees que me leen podrán dar fe, los spankers arruinan la intención y nos obligan a ponernos de pie, alistarnos y cumplir con las obligaciones correspondientes... con un poco de suerte lo hacen nalgadas de por medio y, ni modo, a cumplir. En el peor de los casos saldrá la amenaza... lo triste es que dicha amenaza quedará flotando en el aire porque el ajetreo del día no puede posponerse, nuevamente apostamos a la suerte para que llegue la noche y, entonces sí, podamos cobrar factura...

Pero no son las únicas opciones, no no no... hay spankers (pocos acaso) que tienen presente que la spankee (perdonen que ahora me refiera solo al género femenino, pero es desde donde me encuentro yo)... decía: la spankee es también MUJER... y la atención que requerimos no se limita al lado spanko, que es delicioso, cierto; pero no tenemos que quedarnos solo con nalgadas o regaños.., podemos explorar o permitir que nos exploren más allá.

*   *   *

Desperté temprano, no puedo dejar que mi hombre beba a solas el café de la mañana... tampoco puedo evitar la deliciosa charla matutina antes de comenzar cada uno sus actividades. Es muy divertido jugar con mi pantufla mientras lo miro y él entiende que algo quiero.. y no es dinero, eh. Se pone de pie, se acerca a mí y trata de aplacar mis cabellos, alborotados por la almohada, utilizando ambas manos... me besa despacito en los labios y, manteniendo muy cerca su rostro, me dice: ni se te ocurra volver a acostarte en cuanto me vaya, tienes cosas qué hacer.

Mi hombre no sabe que mi cerebro (en realidad mi YoSpankee) responde ante la psicología inversa y aunque asiento a sus palabras, solo puedo pensar en correr de nuevo a la cama, acurrucarme y, celular en mano, revisar mi facebook spanko... y así es. Apenas pone él un pie afuera, yo corro a hacer uso de un par de horas libres... 

Diez minutos después escucho que se abre la puerta de la habitación, no puedo disimular que no estaba haciendo lo que sí... 

¡Lo sabía!

Me grita él entre divertido y amenazante mientras se dirige hacia mí con pasos largos.

Muero de risa, no puedo evitarlo. Me envuelvo en las sábanas como si ello pudiera librarme de lo que sospecho vendrá... pero me equivoco. Él comienza a abrir 'el envoltorio', me mira a los ojos haciendo de lado mi cabello nuevamente y me regala un beso apasionado. Aún están chocando sus labios con los míos, su lengua jugueteando con mis dientes y alcanzo a entender que balbucea un 'no sabes en lo que te metiste'. No me asusta.

Me tiene aprisionada entre sus brazos, contra el colchón y yo lo abrazo con mis piernas... me aprieta las nalgas con la mano entera, él sabe que no uso ropa interior bajo el pantalón de la pijama... ¡lo disfruta! Me da la vuelta, estoy boca abajo y ya me preparo psicológicamente para lo que vendrá... se tarda, solo escucho su respiración, volteo a mirarlo y lo observo pensativo... 

Cambié de opinión, me dice... esta vez te quiero boca arriba.

No entiendo bien lo que pretende, pero obedezco de inmediato... mi cuerpo ya ha comenzado a reaccionar, respiro un tanto agitada... en parte por la reciente 'lucha' y en otra por la excitación. ¡Cómo me gusta este hombre, MI HOMBRE!

Bájate el pantalón... obedezco... mejor quítatelo.
¡Tócate!
Separa las piernas y tócate... ¿estás húmeda?... claro que lo estás...
Así... 

Se acerca más a mí, puedo ver su rostro inclinado sobre la cama, mis muslos son el marco para esa sonrisa a medias y los ojos entornados que no quieren perderse detalle del recorrido de mis dedos por esos rincones que él sabe suyos. 

Sigue tocándote...

Suavemente toma mis pies y los pone en sus hombros, eso me obliga a levantar un poco la cadera pues él está ya de pie... así, mis nalgas se despegan del colchón y entonces entiendo sus intenciones. 

¡No dejes de tocarte!...

Unas cuantas nalgadas me hacen estremecer, la humedad entre mis piernas es el indicador de que el disfrute es real... mis dedos se deslizan con facilidad entre los pliegues de mi zona más íntima. Me muerdo los labios. Adivino la rojez que ya debe estar dibujándose en mis nalgas, la sonrisa y esas expresiones masculinas me indican que lo está disfrutando, está satisfaciendo sus necesidades... no todas todavía.

Soba la zona castigada, sus manos saben bien cómo moverse... sin embargo no se detiene ahí, sus dedos hurgan un poco más adentro, roza mi clítoris y nota cómo me estremezco pues me tomó por sorpresa... sabe que me tiene en sus manos, más allá de la manera literal... ahora sus dedos recorren esa línea que parece especialmente dibujada para él... llega hasta la parte alta de mis nalgas y regresa... de pronto se detiene en un punto medio, en ese huequito natural que lo invita a adentrarse en terreno desconocido... hasta ahora.

Las sensaciones van y vienen... suben y bajan, a ratos temo estar clavando mis talones, uno en su hombro y otro en su pecho... pero ya no controlo las reacciones de mi cuerpo, ¡no puedo!. Su dedo apenas toca la sensible piel que rodea mi, ejem... lo retira y me lo da a lamer... lo hago sin pensar, lo aprieto entre mis labios y lo recorro con mi lengua... lo retira ensalivado. Cierro lo ojos y me dejo llevar...

¡Abre los ojos, Laura!

... obedezco, pero más como reacción al sentir su dedo dentro de mí, más dentro cada vez...

*   *   *

Que tengan un excelente día... =)

Yo Spankee




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